- Hola
- Hola – fue lo único que pude decir.
Sin sospechar los nervios detrás de tan simple palabra, me sonreíste y te respondí con otra sonrisa forzada, temiendo el que te dieras cuenta. Si así fue, nunca lo demostraste.
- Perdona el atrevimiento, pero me gustan tus rizos.
Solo pude bajar la cabeza para ocultar mi rubor.
- ...especialmente cuando caen sobre tu rostro... justo como ahora.
Salí del ascensor casi corriendo, preguntándome porque después de tanto tiempo decidiste hablarme. sabía pensado en qué decirte si algún día decidías hablarme o simplemente hablarte yo. Pero como dicen, "nunca se está preparado para estas cosas..." Y es muy cierto, intentaba mirarte sin que te dieras cuenta, pero dudo que lo hayas pasado por alto. Desee más de una vez tocarte, sentir lo que era tener tu mano sobre mi rostro, anhelé que me miraras aunque fuese solo una vez, o tal vez lo hiciste y no me di cuenta ...hasta ahora.
Es gracioso realmente, pensé que me estaba volviendo loca y... ¿realmente lo estaré?, quien sabe, aún así al escuchar tu voz mi cuerpo quiso salir corriendo y a la vez no podía moverme. En otras circunstancias me hubiera sentido estúpida, pero no fue así, temía mirar hacia atrás y ver que aún me observabas desde aquel ascensor mientras se cerraba la puerta.
¿Volveré a verte en aquel ascensor como todos los días después de esto?, ¿realmente quiero volver a verte?... no lo sé, pero quisiera ya no tener miedo.
Miedo de volver a verte, miedo a que vuelvas a hablarme o tan siquiera que intentaras tocarme... pero más que nada, miedo a pensar que me esté enamorando de un fantasma. . .
No hay comentarios.:
Publicar un comentario