viernes, noviembre 27, 2009

La Pequeña Muerte



No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces del dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien no tiene nada de raro, porque nacer es una alegría que duele. Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace.

Autor: Eduardo Galeano

lunes, noviembre 16, 2009

Solo tú y yo



Solo tu y yo, dos miradas, un lenguaje,
donde no se necesita el sonido de una voz.
Un lenguaje que exprese lo que con palabras es inefable
un lenguaje que emite la pureza de un corazón.

Solo tu y yo, dos bocas, un aliento
que se mezclan mutuamente, no llegando a importar
si es pecado el sentimiento que nos llena por dentro
o si es condena el don que llamamos amar.

Solo tu y yo, dos corazones, un latido
al compás de una danza realizada entre los dos,
donde solo el sentimiento que nos une es testigo
de la más infinita e intensa declaración.

Solo tu y yo, dos cuerpos, un solo ser
consumidos por el deseo de un amor desesperado,
donde solo los amantes poseen el regalo de entender
que nuestro amor será un delito... ...pero jamás un pecado.

Solo tu y yo, dos amantes, un destino,
destino que ya no importa si es digno o inmoral...
Es preferible ser amado y amar lo que es prohibido
que vivir soñando que se ama, para luego despertar.

Y así somos, solo tu y yo
bajo un manto de caricias las cuales son,
no tan solo una caricia, si no una posesión...

porque sabemos que un beso...
uno solo puede más que el olvido,
si se juntan dos bocas en un beso prohibido...